El sector agrario se encuentra en un momento de búsqueda de equilibrio entre la optimización de los cultivos, que permita un mayor rendimiento, y el respeto del entorno y el medioambiente. En esta travesía hacia el método perfecto encontramos la agricultura tecnificada.

¿Qué es la agricultura tecnificada?

Se considera como agricultura tecnificada aquella que incorpora tecnología y herramientas avanzadas para aumentar la producción y optimizar el cultivo, haciéndolo más eficiente. Además, este concepto se acompaña en muchos casos de la agricultura ecológica, ya que mediante la tecnificación se alcanzan hitos que permiten un cultivo responsable con el medio, como el biocontrol o la nutrición vegetal tecnificada.

La muestra más elevada de este modelo es el uso de programas informáticos y aplicaciones basadas en big data y realidad artificial. Estas permiten al agricultor conocer el terreno y el contexto para tomar las decisiones más acertadas posible y que den los mejores resultados de producción. Sin embargo, no es necesario disponer de la maquinara más moderna y actualizada o de la tecnología más potente, la tecnificación de los procesos se puede aplicar en varios ámbitos y de diferentes modos:

  1. Estudio de la climatología

La agricultura es una actividad sujeta a la climatología y los caprichosos e inesperados cambios que esta sufre en solo unas horas. La tecnología reduce la incertidumbre. Permite a los agricultores adaptar los terrenos y cultivos a la climatología de la zona y estar preparados para momentos de heladas, granizo, o temperaturas extremas, con el material necesario para intentar que las plantaciones sufran lo menos posible.

  1. Control de plagas

Los sistemas de agricultura tecnificada permiten obtener un mayor control de plagas, con productos mejor preparados que además permiten eliminar y prevenir las plagas respetando el cultivo y, en la mayoría de ocasiones, el medio con remedios basados en el biocontrol.

  1. Uso de nutrientes

Esto no es algo nuevo, toda la vida los agricultores han utilizado complementos para aportar nutrientes a los cultivos y conseguir una mayor producción. Sin embargo, la tecnificación de los procesos permite desarrollar biofertilizantes adaptados a las necesidades concretas de cada terreno y cultivo.

Un ejemplo es el trabajo que realizamos en AgroGM. Trabajamos el concepto de ‘Nutrición Vegetal Inteligente’ dotando a nuestros clientes de una herramienta de gestión de la planta, que les permita conseguir la máxima expresión genética que el cultivo permita y todo de manera natural.

Ya es oficial, la tecnología 4.0 ha llegado al sector agrario, ofreciendo grandes beneficios no solo para los agricultores, también para el medioambiente.